(José Miguel Gómez)
La esperanza de vida ha aumentado. Las enfermedades catastróficas diagnosticadas a tiempo pueden tratarse y prolongar la vida. La tecnología, los fármacos y el cambio en el estilo de vida, también agregan años de vida. Literalmente, más personas van a ser adultos mayores en República Dominicana en las próximas décadas.
La posibilidad de vivir bien y saludable, con buena salud física y mental va a depender de varios factores: genética, alimentación, actividad física, prevención y chequeos médicos a tiempo, cambio de estilo de vida, poco estrés y conflictos, relaciones de pareja y familia sana; ahorros y alcanzar el bienestar social.
Sin embargo, factores como el tipo de personalidad, la espiritualidad, inteligencia emocional, habilidades y destrezas para manejar las adversidades de la vida; aprender a reír, abrazar, dar caricias, bailar, viajar, regalar, visitar, o hacer a otras personas felices, facilita prolongar la vida.
Pocas personas organizan, priorizan y se preparan para ser adultos mayores y tener una vejez digna, armoniosa y alegre.
Cuando ninguno de estos factores se ha considerado en la vida; sencillamente la vida cobra con resultados negativos en su salud mental: depresión, soledad, insomnio, ansiedad, miedos, culpas, desesperanza, insatisfacciones, pobreza espiritual, remordimiento e ideas suicidas.
Pero hablemos de la depresión del adulto mayor, esos cambios de humor, tristeza de meses o años, cansancio, pérdida del apetito, apatía y desinterés por las cosas; como también, aislamiento, quejas somáticas e hipocondría, perdida de la higiene, confusión o lentitud mental, llanto fácil y un estado de minusvalía recurrente; habla de depresión mayor en personas adultas.
A veces, el abandono, el no alimentarse, dejar de tomar medicamentos, negarse a recibir visitas o salir a celebrar la vida, en el adulto mayor, representa episodios de depresión enmascarada que, la pareja, los hijos, o los médicos pasan desapercibidos.
Enfermedades como la artritis, los accidentes vasculares, el Parkinson, la pérdida de visión o la audición, representan cambios en la vida de una persona. Así como la muerte de la pareja, hijos, amigos, hermanos etc.
En la depresión del adulto mayor, se valora la jubilación, el cambio de vivienda, de vecinos, amigos, de la economía, la calidad y la calidez de vida, los maltratos a los que son sometidos por familiares y por la sociedad.
En mi consulta acompaño con abordaje médicos, psicoterapéuticos y psicosociales a adultos mayores. Aprendo mucho de ellos, me aconsejan, les aconsejo, criticamos a las familias, gobiernos, vecinos, y nos reímos.
Les enseño a organizar un proyecto de vida saludable, a invertir sus ahorros en ellos; a vestir bien, comer saludable, visitar lugares, hacer tertulia, viajar al interior, playa, parque, caminar, escuchar música, tener sexualidad, entre otras cosas.
Si nos cuidamos todos vamos a tener la oportunidad de ser adultos mayores. La calidad de los sentimientos, las emociones positivas, vivir el presente; aprender a soltar el pasado, son resultados emocionales que hacen la diferencia del adulto mayor saludable, con sentido de utilidad; a un adulto mayor en depresión y amargura en los últimos años de su vida.
La vida ha cambiado. Las enfermedades son más costosas y de mayor impacto en todo lo que hacemos. La actitud debe ser reflexiva, realizar pequeños cambios, moverse y seguir teniendo pequeñas
ocupaciones e intereses por los demás y por uno mismo. Vivir una adultez alegre, funcional, sana y para la felicidad.
Fuente: Periodico Hoy